Buenos días amigas y amigos.
Feliz sábado.
Un artículo que he leído sobre la abundancia y el hambre mundial, me ha hecho pensar, en que, cuando hemos comido hasta hartarnos y nos sobra comida, podemos decidir guardarla hasta el día siguiente o tirarla.
No siempre ha sido así.
Recuerdo desde mis diez años, como las gentes se cuidaban mucho de no desperdiciar alimentos, pero en nuestro tiempo, en los llamados países de desarrollados, se ha perdido la costumbre de pensar en el desperdicio de alimentos.
La mayoría de las mujeres mayores, (sabiduría genética u obtenida por las estrecheces), suelen afirmar: "nada en la cocina debe tirarse o permitir que se desperdicie". Porque cada trozo de comida en la mesa se paga con lo obtenido con sudor y esfuerzo.
Hoy el "no tirar nada", el "no desperdiciar", se ha sustituido por el "cuanto más mejor".
El desperdicio de alimentos lo provocan quienes no se preocupan porque tienen más de lo que necesitan.
El despilfarro de alimentos es el resultado de descuido, falta de formación, comodidad...
Hoy en día, en la mayoría de las casas se come a "la carta", a cada hijo le ponemos una comida distinta, "la que nos piden", a uno una pizza, a otro una hamburguesa, a otro...
En nuestro tiempo, nuestra madre hacía un primer, segundo plato y postre, igual para todos. Nos enseñaron a comer, entre otras enseñanzas. ¡Valores!
Leía que en la UE, se desperdician 80 millones de toneladas de alimentos al año, (179 kg por persona al año). 3,5 kg de comida por persona a la semana.
El desperdicio en el África Subsahariana y el Sudeste Asiático, entre 6 y 11 kg al año. ¿Es para reflexionar?
Tiene mucho que ver también con el desperdicio de alimentos, lo que cortamos antes y tiramos después de comer. Es decir, "llenamos el ojo antes que la tripa"
Un abrazo.
El Presidente.